Los antiguos oficios del mundo del ferrocarril

Trenes 18 marzo 2015
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La paulatina modernización del ferrocarril ha traído consigo mayor seguridad y velocidad en los trayectos, pero también la desaparición de algunos puestos de trabajo que, en tiempos de los trenes de vapor, se hacían imprescindibles.

Alguno de estos oficios aún nos suena, pero otros han caído casi en el olvido. En Industri queremos rendir un homenaje a aquellos hombres y mujeres que hicieron posible que el tejido ferroviario funcionara a lo largo y ancho de nuestra geografía, por lo que vamos a recordar cuáles eran estos oficios y en qué consistían:

  • El mozo de equipajes quizá sea el más conocido de los antiguos oficios que existían alrededor del tren. Eran trabajadores que, en realidad no estaban contratados por la estación, sino que trabajaban por su cuenta. Su cometido era trasladar los equipajes de los pasajeros hasta el tren o hacia la salida de la estación; cobraban por porte, así que trabajaban a la carrera, intentando hacer el mayor número de viajes posible cada vez que paraba un tren.
  • El jefe de tren, al que no hay que confundir con el maquinista, era el encargado de supervisar todas y cada una de las actividades que se realizaban en el tren mientras estuviera en marcha. En el momento en que el tren entraba en una estación, era el jefe de estación quien pasaba a tener toda la autoridad. Sus papeles estaban claramente diferenciados y, mientras el jefe de estación era quien daba la orden de arrancar a las locomotoras, el jefe de tren gritaba el mítico “¡viajeros al tren!”.
  • El fogonero tenía como misión alimentar el fuego de la locomotora, así como engrasarla. Antes de que el tren se pusiera en marcha, tenía que encender el fuego y calentar el agua del interior de la caldera para que tuviera la presión necesaria que moviera el tren. Los fogoneros podían llegar a palear 11 toneladas de carbón al día.
  • Los guardafrenos, ubicados en una garita en el tren, eran los encargados de frenar y desenfrenar el tren, siguiendo las instrucciones que el maquinista le hacía a través del silbato de la locomotora. Dependiendo del sonido, el guardafrenos debía saber si tenía que soltar o apretar el freno. Este sistema limitaba la longitud de los trenes, puesto que, si era demasiado largo, podía tener como consecuencia que el guardafrenos no escuchara el silbato.
  • El calzador se encargaba de mantener las vías en perfecto estado. Una de sus principales tareas era calzarlas cuando, por el paso de los trenes y la acción del agua, perdían parte del material que las sustentaban, manteniéndola así nivelada. Además, se encargaban de reemplazar traviesas, limpiar cunetas, etc. Se trataba, como vemos, de un puesto fundamental para el tráfico ferroviario, ya que con su trabajo evitaban el descarrilamiento de los trenes.
  • El guardagujas era la persona encargada de manejar las agujas que cambian a los ferrocarriles de vía para dirigirlos en la dirección adecuada. Con un farol y un banderín hacía las señales correspondientes a los trabajadores del tren y, además, se encargaba del mantenimiento y engrasado de las agujas.
  • Una figura curiosa es la del visitador: su cometido consistía en golpear las ruedas de los trenes con un martillo, en su parada en la estación. De esta manera, eran capaces de descubrir, a través del sonido que producían, si había roturas o fisuras en ellas. También se encargaban de cambiar las zapatas de freno cuando era necesario.
  • Existía un trabajador que recorría las vías de noche para inspeccionar que estuvieran en perfecto estado: el llamado guardanoches. Entre sus cometidos estaban despejar el camino de obstáculos y avisar a los encargados de reparaciones, cuando su presencia fuera necesaria.
  • Uno de los pocos oficios que desempeñaban las mujeres era el de guardesa, cuya ocupación no era otra que controlar los pasos a nivel, subir y bajar las barreras, vigilando que nadie se las saltara, y controlar bien los tiempos para no crear grandes colas en las esperas.
  • El capataz era el encargado de dirigir a los grupos de peones en las tareas de clasificar y formar los trenes –enganchando vagones y locomotoras–, así como en la carga y descarga de mercancías.

Puesto_central_de_enclavamientos_y_señales

Puesto central de enclavamientos y señales en la Estació de França de Barcelona. Fuente: Ferropedia

Para saber más sobre los antiguos oficios ferroviarios, existen exposiciones permanentes en museos como el Museo del Ferroviario de Cistierna o el Museo del Ferrocarril de Madrid que se encargan de que estos antiguos oficios, parte de la historia del ferrocarril, sigan en nuestro recuerdo.

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